Cuando conté con la posibilidad de viajar a Viena y realizar el diplomado de la academia, me sumergí en los nuevos modelos de negocios inclusivos y que generan un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente. Habiendo vuelto a mi ciudad, me propuse investigar sobre cómo el deporte brinda oportunidades independientemente del estrato social ,y derivé en que cuando niños y personas de sectores vulnerables entran a la cancha, toda diferencia social de disipa. Todos somos iguales. Solo restaba generar sentido de pertenencia a la hora de representar los colores del club que aman. Así es como llegamos a fundar INARTEX, un emprendimiento social en donde por cada venta que realizamos, destinamos un porcentaje para confeccionar camisetas de fútbol mediante cadena de valor inclusiva, es decir, incluyendo dentro del proceso productivo a cooperativas de trabajo, expresidiarios, mujeres de sectores vulnerables o emprendedores sociales que luego son donadas a clubes de barrios vulnerables para que los niños vistan los colores de la institución que los contiene y los saca de la calle. Los acompañamos en su crecimiento y desarrollo.